miércoles, 19 de abril de 2017

Reseña: Siete Labiales de Otoño.


Muchas veces en el pasado había pasado algunas de esas noches en que uno no puede dormir mucho y le da por ponerse a pensar en los temas más random posibles, como en conversaciones que fueron hace décadas, decisiones mal tomadas, cosas que no debí comprar, amigos traidores, o restaurantes a los que nunca he ido y quisiera ir. En mi caso, y dentro de toda esta mescolanza, también pienso en posibles entradas para el blog (algunas jamás las publicaré, obvio), y entonces esta semana me decidí al fin a hacer esta entrada pero me puse las pilas hoy (en realidad comencé escribiendo el domingo pasado y recién ahora, día del Censo, retomo) y aprovechando que había buen sol me dispuse a probarme los labiales que había escogido previamente para esta ocasión. Yo sé que es un tema un tanto manido pero desde siempre el otoño ha sido mi estación preferida para usar labiales ya es ahí donde se pueden utilizar mis colores preferidos como el borgoña,el morado o el rojo intenso. Si bien no creo tanto en que hayan colores y patrones definidos, igual me gusta saber que en esta época es donde más puedo utilizar mis regalones de esta estación que yo sé, tantas esperan después del agobiante calor del verano. Por eso hoy les contaré sobre mis siete labiales preferidos para usar en Otoño, y me esforcé especialmente que no fueran tan complicados de conseguir ni de marcas raras o exóticas para mis lectores, muchas veces me pasa que leo sobre maravillosos labiales que sólo se consiguen con enrevesados y laberínticos métodos de correo que me dejan peor, con el ansia viva y sin poder conseguirlos por ninguna parte a no ser que los pague en su precio en carne humana, entonces por lo mismo intenté que esta lista fuera, en lo posible, de lo más accesible a quienes se tienten con alguno de los que voy a comentar acá.

domingo, 9 de abril de 2017

Personal: El otoño hace 10 años atrás.

Estaba revisando aquel blog tan emotivo pero tan mío que tuve en mis años universitarios y me encontré con este texto que escribí hace 10 años ya. Aquel viejo amor está olvidado, creo que en esta década he madurado un poco pero mis sentimientos y percepciones siguen siendo parecidos. Sé que estoy cometiendo alguna clase de suicidio literario virtual, pero me gustaría compartir este pequeño texto con ustedes, aprovechando que el otoño ya llegó a nuestra puerta y que estoy de ánimo melancólico, quizá por la estación, quizá porque de verdad tengo pena, no sabría definirlo bien...



El otoño se yergue sobre el paisaje de manera atemorizante. Atemorizante porque este otoño no se parece a ninguno experimentado antes. Las hojas secas al ser pisadas crujen vagas amenazas, y el frío se cala en los huesos insistiendo a los abrigos entrar a mi piel, haciendo que mis pezones se pongan duros, sin excitación de por medio y que mi espalda se ponga en guardia. Tengo miedo. Prendo un Pall Mall mentolado, creyendo que la débil llama de mi cigarrillo ayudará a paliar esto y lo aspiro, mitad placer, mitad culpa, quizá una pizca de pudor. Pronto se consume, y camino rápido, yendo hacia allá donde las hojas enrojecen y mueren. Pero un pájaro se posa en mi cabeza y no me deja avanzar hacia ningún lado, ni siquiera retroceder, mis manos están contraídas en los bolsillos de mi larga chaqueta. La desesperación toma mi cuerpo, me retuerzo, el pájaro sigue ahí. Pronto comprendo que está ahí para protegerme, el terror debe irse. La débil luz de un desganado sol ilumina el paisaje frente a mis ojos, veo árboles, un parque, un anciano solitario. Doy pasos vacilantes, corro, me dirijo hacia algún lugar, prendo mi mp3 y escucho "Falling Again" de Lacuna Coil. De verdad creo que hay pocas cosas más tristes y otoñales que escuchar esa canción mientras observo a las ultimas hojas descender al suelo. Es también algo muy cliché, pero lo estereotipado me importa poco en esos momentos. ¿Hacia donde era que iba? Lo he olvidado. Creo que el frío también entró con brío en mi cerebro. Me siento en un banco y de nuevo percibo esa soledad que me circunda cada vez que debo y quiero estar sola. Me acompaño con otro cigarro y mientras este se consume pienso en "el" amor, pero no en "un" amor en específico. Si pienso en algún amor específico, (aquel que se fue y no volverá jamás) creo que me pondré a llorar y eso sí sería extremadamente cliché, imagínalo, una-mujer-sola-llora-por-amor-sentada-en-un-parque-al-atardecer-mientras-escucha-música-italiana. Terrible. Creo que el amor no puede ser eterno, tienen que haber instancias de dolor para apreciarlo o despreciarlo mejor. Termino mi segundo cigarro. Me doy cuenta que es muy masoquista, pero poco me interesa. Una hoja cae sobre mi, y la noche se prepara para dominarlo todo. Sollozo, y luego me autogolpeo, por ser tan estúpida. Mi pájaro protector ya no puede seguir junto a mi, debo dejarlo partir, como tantas cosas en mi vida, que se le va a hacer. Es otoño, y el frío contrae mi piel. Suspiro. Me quedo callada, observando la noche. Intento escribir algo, pero no puedo. Intento llamar a alguien, pero me arrepiento. Es demasiado tarde para mi y demasiado tarde para todo. Las hojas me recuerdan con su caída que si bien ahora está muertas, en primavera volverán a renacer y yo también podré hacerlo.



jueves, 6 de abril de 2017

Reseña: Crema Ultra Suboon con Ácido Hialurónico de Mizon.

Ya voy en el segundo envase de esta crema de rostro coreana y de hecho ya me queda re poco, y hoy mirándola me di cuenta que merece su reseña propia, ya que yo jamás le soy fiel a los productos de cuidado o maquillaje. Como buena picaflora consumista siempre quiero estar probando la mayor variedad posible y de verdad, es demasiado extraño que repita algo, así que por lo mismo les quiero contar el porqué me gusta tanto y porqué incluso estoy planificando comprármela por tercera vez.
El año pasado comencé a utilizar cremas coreanas en mi rutina de cuidado debido principalmente a la gran curiosidad que me causaba la lectura de blogs como Korean Beauty Dream de Evelyn (nuestra reina chilena de la k-beauty) o de la adorable Anouk, Un Viento del Este. Comencé mi periplo por la cosmética oriental utilizando otra crema, la Péptide Ampoule, igual de Mizon, que pese a ser excelente y dejar mi piel en muy buen estado no pude volver a repetir porque su aroma a pies sudados y refregados con aliño completo Merkat (así era en mi mente) me superaba, y por más buena que fuera no soportaba su olor cada vez que me la aplicara. Pero aún así no me quise dar por vencida con la cosmética coreana y me puse a bucear por Jolse.com, mi página de cabecera para comprar, para buscar una crema que fuera igual de buena pero que en lo posible tuviera un aroma más agradable o que mejor aún, no oliera a absolutamente nada. Como ya sabe, yo soy bien mano de guagua, pero para que me entiendan, nunca he sido una persona de grandes recursos económicos, hace más de una década que no le he pedido dinero a mis padres para nada y desde siempre he trabajado para tener mis cosas, por ende yo siempre he cuidado (dentro de lo posible) mi presupuesto y siempre trato de adquirir productos que sean buenos pero que tampoco me dejen en la calle. Sé que pensarán que soy una inconsecuente si han leído la anterior entrada donde me explayo sobre mis tremendos gastos en maquillaje, pero esas fueron tentaciones irresisitibles y además que bueno, soy humana y la carne es débil. Como siempre, me desvié del tema. Estaba en mi página regalona (Jolse, no lo olviden) buscando una cremita que ojalá fuera efectiva y económica, cuando me encontré con  esta crema HYALURONIC ULTRA SUBOON CREAM de Mizon, que costaba menos de 5 dólares y bueno, me tincó tanto que sin pensarlo tanto (lo que es el manodeguagüismo ah) la metí en mi carrito y me la encargué.
Actualmente está agotada, pero siempre la reponen, no se preocupen. En plata chilena esos 5 dólares son como 3.300 pesos aproximadamente.