sábado, 12 de enero de 2019

Reseña: Mascarilla Hair Food Banana de Garnier.

Les quiero contar mi experiencia con esta mascarilla capilar que se ha vuelto sumamente popular en las redes sociales, especialmente Instagram que es donde más participo (en Facebook sólo subo memes porque ahí pulula la gente sapa, aunque Instagram anda por ahí últimamente). He leído una amplia variedad de opiniones, algunas muy entusiastas, otras totalmente detractoras, y por lo mismo quiero aportar con la mía aquí, a ver si es que le sirve a alguien que tenga un cabello con características similares. Para las que no me leen (y deberían hacerlo porque mi blog es bacán, lo supe a través de una encuesta que me hice a mí misma) mi cabello es muy graso en el cuero cabelludo con chasquilla de mantequilla que debo lavar a diario, bastante seco en las puntas, muy fino, teñido y decolorado. Ya no lo tengo largo, porque tras decolorarlo tres veces el 2018 tenía las puntas más secas que el corazón de tu ex, y estaban tan indecentes, tan feas, con las puntas todas abiertas, llenas de puntos blancos donde el cabello se quebraba y se veían tan horribles, que preferí cortar por lo sano (literal) y hacerme una melena, aunque quedé a centímetros de parecerme a Lord Farquaad me gustó el resultado, a pesar de lucir sospechosamente como una Dora La Exploradora adulta, cansada y aburrida de esta mierda de sociedad.


miércoles, 2 de enero de 2019

Esoteria + La Magia del Sur: El hotel quemado del Lago Pirihueico.

Esto sucedió el año pasado cuando fuimos con Valentín y Luis, un amigo de él, a conocer Puerto Fuy y alrededores. Yo no tenía muchas perspectivas de como sería el viaje ya que no conocía esa zona, aunque queda cerca de la casa de mis padres nunca había estado ahí antes, así que era una buena oportunidad para ver que tal era ese lugar. Nos tocó un día extremadamente lluvioso y oscuro, con nubes cargadas de agua que caen con furia encima de la temerosa tierra, que sorprende incluso  a los que estamos acostumbrados a la lluvia. Después de un largo viaje en camioneta llegamos al pequeño pueblo sureño y vimos como las nubes grises tapaban el hermoso lago Pirehueico, por lo cual el mirar el horizonte estaba menos que imposible. Como buenos sureños de pura cepa que somos los tres, no nos dejamos amedrentar por el mal clima y altiro buscamos un lugar donde comer primero para reponer fuerzas y después empezar con nuestra excursión por aquellas desconocidas tierras. Encontramos a duras penas una casita con un letrero que decía "Restaurant" donde una simpática viejita nos atendió y nos dio de comer puré con chuletas y ensalada a todos. Sé que hay un hotel muy cuico con gastronomía de lo más Avant-Garde ahí pero uno, el presupuesto no nos daba para experimentos culinarios contemporáneos y dos, sabíamos que quedaríamos más hambre que El Chavo del Ocho. Al terminar nuestro contundente almuerzo fuimos a pasear y cachamos que la barcaza Hua-Hum, que es la conecta el pueblo de Puerto Fuy con el otro extremo del lago Pirehueico que a su vez tiene el camino internacional para llegar a Argentina en automóvil, estaba a pocos minutos de salir, así que dejamos la camioneta estacionada en un lugar seguro (porque cruzar al otro lado con ella igual nos iba a salir carísimo, además queríamos caminar) y nos dispusimos a subir para conocer el lago y lo que había al otro lado...
Ah, desde ya aviso que las fotos que pondré de ahora en adelante son todas robadas porque las mías que saqué ese día no las puedo pillar por ningún lugar en mi computador porque soy una piscis sumamente dispersa y desordenada .